Tres poemas - David Jiménez Huarhua
Está frente al espejo examinando el reflejo de sus cabellos, los dedos inútiles tocan deliciosamente la cabellera excitada. Un pedazo de sol brilla en su habitación y acaricia con delirio su piel de hechizos. El reflejo tímido de su rostro influye en el deseo que recorre su vientre: cortarse los cabellos con la ayuda de sus dientes oscuros. Enciende la radio, la vieja melodía de una canción se desnuda en sus oídos, asoma su tristeza animal.
Va en busca del tiempo
CRUCIFIXIÓN SERPIENTE
Observamos el loto desde el abismo
Nuestras manos se acercan a la nube fugitiva
Y se alejan del dios prisionero
Infame sollozo del cráneo crucificado
rumor del astro en la incandescente pureza
la tormenta de labios decapitados
desaparece el vuelo del pájaro cegado
para que la sierpe no se alimente de sus heridas
eternidad negra en la asfixia negra
la sierpe se arrastra por el desierto de espejos
LA ÚLTIMA MUJER
Una mujer roba lágrimas
Para calmar el incendio de sus delirios
Protege su herida
Y da comienzo a un sutil destino
Busca fuego más hambriento
Busca el cerebro de la soledad
Desnuda ante el amanecer de las rosas
Al joven dios nunca olvidará
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